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Carta al Ministro sobre alimentacion y la reunion mini-ministerial de la OMC, Nueva Delhi, Septiembre 2009
Adjunto | Tamaño |
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Letter to Minister India Sept 09 ESP.pdf | 99.44 KB |
Septiembre 2, 2009
Estimado Sr. Ministro
Por la presente, nosotros, representantes de 125 organizaciones de más de 50 países nos dirigimos a Usted para instarlo a que defienda los intereses de los agricultores, los trabajadores, los consumidores, las mujeres y el medio ambiente, rechazando a tal efecto una liberalización aún mayor del comercio de alimentos en la Organización Mundial del Comercio, y que reclame en cambio políticas que deriven en seguridad alimentaria y desarrollo rural, y garanticen y protejan las fuentes de sustento de los agricultores a través de la Soberanía Alimentaria.
Le solicitamos encarecidamente que no utilice la reunión de Ministros que se celebrará en la India la primera semana de septiembre a instancias del gobierno de ese país con el propósito de discutir sobre las negociaciones de la OMC, para presionar por más liberalización de la agricultura. Les reclamamos, señores Ministros, que rechacen cualquier ofensiva en pos de la conclusión de la Ronda de Doha de negociaciones de la OMC, ya que las propuestas actuales exacerbarán en lugar de resolver las crisis que afectan la producción agropecuaria a nivel mundial y aumentan el hambre y la pobreza en todo el mundo. La OMC, al igual que los tratados de “libre comercio” bilaterales y regionales que reproducen el mismo modelo neoliberal en la agricultura promovido durante tres décadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, habilita a las empresas de agronegocios de los países ricos dedicadas a la exportación, a subsidiar sus productos y exportarlos luego a los mercados de los países en desarrollo, perjudicando a los agricultores familiares de pequeña escala. Específicamente:
* La desregulación del comercio en la agricultura ha conducido a la abolición de las juntas nacionales de productos primarios que antes contribuían al control de la oferta, y en su lugar ha creado mercados de commodities. Esos mercados desregulados y sumamente volátiles exponen a los agricultores a mucha inestabilidad, debido a las enormes fluctuaciones de precios asociadas al comportamiento endémicamente especulativo de tales mercados, especialmente en los países en desarrollo que se han visto presionados a reducir drásticamente sus aranceles de importación.
* El sistema agropecuario mundial habilita a los países ricos a subsidiar masivamente las exportaciones de sus empresas de agronegocios. Cuando esas exportaciones subsidiadas inundan los mercados de los países en desarrollo, ellas representan una competencia desleal para con los agricultores locales, que destruye las fuentes de sustento locales y aumenta el hambre y la pobreza. Los topes existentes son violados rutinariamente por Estados Unidos y la Unión Europea. La nueva Ley Agrícola recientemente aprobada en Estados Unidos no le impone topes ni limita de ningún modo significativo el monto de esos subsidios. La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) halló que la totalidad de los 102 países en desarrollo estudiados había sufrido avalanchas de importaciones entre 1980 y 2003; esas avalanchas de importaciones ocurrieron con mayor frecuencia tras la aplicación del Acuerdo de la OMC sobre la Agricultura.
* El sistema mundial de comercio no les permite a los gobiernos proteger y apoyar la producción sustentable de alimentos para consumo interno, ni proteger a sus agricultores de las prácticas depredadoras y agresivas que aplican las grandes empresas. A muchos países en desarrollo se les prohíbe aumentar los aranceles de importación que los protegen, ofrecer fertilizantes y otros insumos a precios subsidiados, o proteger determinados productos del influjo del comercio mundial a través de la OMC, de los tratados de libre comercio bilaterales o de las políticas del FMI y del Banco Mundial. En conjunto, esas políticas han generado un sistema agrícola mundial fracasado que implica mercados de productos primarios (commodities) sumamente volátiles, falta de acceso a alimentos nutritivos y asequibles en todo el mundo, más hambre y la erosión de los ingresos de los agricultores. Dichas políticas han culminado en la crisis alimentaria mundial que hoy enfrentamos, y que significa que unas 30.000 personas mueren cada día debido a enfermedades asociadas a la pobreza, muchas de ellas de desnutrición y hambre. La FAO estima que hoy en día hay más de mil millones de personas que padecen hambre en el mundo, 150 millones de las cuales son personas que hoy pasan hambre debido a la crisis alimentaria actual.
Desdichadamente, los promotores de una liberalización aún mayor pretenden aprovechar la crisis alimentaria para ampliar sus políticas fallidas, en lugar de reformarlas. En las negociaciones agrícolas en curso en la OMC, los países ricos más poderosos están exigiendo que los países en desarrollo abran sus mercados aún más, a la vez que se rehúsan a recortar los subsidios que le brindan a las exportaciones de sus empresas de agronegocios y que provocan inmenso daño en los mercados de los países en desarrollo.
Al mismo tiempo, hay muchos países en desarrollo que están trabajando en pos de políticas que los protejan, incluso mediante la exclusión de productos agropecuarios de las listas de reducción de aranceles, así como permitiendo aumentar los aranceles y los cupos de importación con el fin de hacerle frente al dumping –todo ello especialmente enfocado a determinados productos que son esenciales para la seguridad alimentaria, el desarrollo rural y el sustento de los agricultores. En la OMC, estás políticas conocidas como Productos Especiales y Medidas de Salvaguardia Especial (PE/MSE) son defendidas por una coalición que incluye más de 46 países en desarrollo conocida como el G33, que además cuenta con el respaldo de un grupo aún más numeroso de más de 100 países en desarrollo que apoyan sus reclamos. Preservar la unidad en el seno del G33 en torno a una posición enérgica sobre los Productos Especiales y las Medidas de Salvaguardia Especial (PE/MSE) es un paso esencial para mejorar el sistema agrícola mundial.
En vista del fracaso del sistema vigente, muchos agricultores, pescadores artesanales, otros productores de alimentos, consumidores, académicos y otros expertos agrícolas han desarrollado nuevos modelos para la agricultura mundial identificados como de soberanía alimentaria, que le dan prioridad al cultivo local de alimentos sanos y nutritivos para el sustento humano y la sustentabilidad ecológica y social. Como primer paso, los gobiernos deben rechazar la Ronda de Doha de expansión de la OMC, y apoyar en cambio:
1. Protecciones sólidas y respaldo para la producción de alimentos para consumo interno en el ámbito nacional, que el sistema mundial de comercio debe permitir. A los países en desarrollo se les debe permitir exceptuar del influjo del comercio mundial a una cantidad suficiente de productos que son esenciales para la seguridad alimentaria, el desarrollo rural y el sustento de los agricultores. También debería permitírseles mantener aranceles adecuados y aplicar medidas para frenar o disminuir las importaciones que afecten adversamente su seguridad alimentaria y el desarrollo rural y el sustento de sus agricultores.
2. Un sistema mundial de comercio que discipline el comportamiento de las corporaciones empresariales, y que ponga fin al dumping. Todas los tipos de subsidios a la exportación –directos o indirectos, entre ellos los créditos a la exportación, las garantías de crédito a la exportación y los seguros de exportación, la ayuda alimentaria en especie que no responde a emergencias, y por encima de todo, todos los subsidios y medidas de apoyo interno que benefician a productos que son exportados y que son de una magnitud infinitamente mayor a los subsidios de exportación que existen hoy en día—para los productos agropecuarios de los países desarrollados tienen que ser eliminados inmediatamente. También reclamamos específicamente el cese de los subsidios de los países ricos a la producción de algodón, que tanto perjudican a los algodoneros de África Occidental.
3. Nuevas reglamentaciones de los mercados, tales como disciplinas contra la especulación en los mercados de commodities, tal y cual lo han propuesto muchos países africanos en la OMC. Reclamamos un cambio en pos de un sistema mundial de control y manejo de la oferta para los productos agropecuarios que se comercian internacionalmente.
Aplicadas en conjunto, estas políticas iniciarían efectivamente la transformación real que tanto necesita el sistema alimentario mundial, y supondrían un avance importante en pos de la Soberanía Alimentaria y la mitigación de la pobreza, el hambre y la desnutrición en el mundo.
Cordialmente,