Aspecto de una protesta contra el TISA, en Ginebra. Foto Internacional de Servicios Públicos
Por Pedro Miguel
Los anexos del Acuerdo sobre Comercio de Servicios (TISA, por sus siglas en inglés) que hoy revela Wikileaks conllevarían, en caso de que ese tratado llegara a aprobarse, severas mutilaciones a la capacidad de las autoridades nacionales para controlar, regular y acotar en sus respectivos territorios la operación de empresas extranjeras en los sectores de Telecomunicaciones, Servicios Financieros y Comercio Marítimo y Electrónico. Los países firmantes de ese instrumento internacional tendrían que abstenerse de legislar medidas restrictivas y hasta de mera supervisión de los consorcios internacionales e incluso de establecer reglamentos que pudieran ser considerados lesivos para los intereses de esas entidades, so pena de ser acusados de transgresión de los términos del acuerdo y de exponerse, en consecuencia, a enfrentar juicios en instancias extrajudiciales y de sufrir incluso sanciones comerciales.
Ello se desprende de los documentos que la organización fundada por Julian Assange entregó a La Jornada y que, a partir de esta fecha pueden ser libremente consultados por cualquier persona interesada. Tales textos constituyen las versiones más recientes conocidas del TISA y de sus anexos, han sido mantenidos en estricto secreto por los gobiernos que participan en las negociaciones y en éstas se ha adoptado la obligación de no hacerlos públicos sino hasta después de cinco años de la entrada en vigor del tratado o de una cancelación de las reuniones por falta de acuerdo.
En el primero de esos escenarios los firmantes se comprometen a eliminar cualquier obstáculo a la libre competencia en el rubro de las telecomunicaciones, si bien no mencionan ninguna obligación de mínima cobertura; a permitir el libre tráfico internacional de datos personales de consumidores de comercio electrónico y de clientes de servicios financieros; a abrir las actividades portuarias a una competencia internacional sin restricciones y a revertir las regulaciones a los servicios financieros adoptadas después de la crisis de 2008, cuando la mayoría de países estableció, para prevenir nuevos descalabros, controles a los flujos de capital, fondos de cobertura a las instituciones bancarias y separación de actividades para las empresas financieras.
Los países involucrados en la negociación del acuerdo, que fue originalmente impulsada en 2012 por Estados Unidos y Australia, son: además de los ya mencionados, Canadá, Chile, Taiwán, Colombia, Costa Rica, Hong Kong, Islandia, Israel, Japón, Liechtenstein, México, Noruega, Nueva Zelanda, Pakistán, Panamá, Paraguay, Perú, Uruguay, Corea del Sur, Suiza, Turquía y la Unión Europea, que representa a 28 estados. Ese conjunto concentra dos terceras partes del comercio global y excluye a los países del bloque conocido como BRICS, integrado por Brasil, India, China, Rusia y Sudáfrica.
Desde febrero del año pasado Wikileaks ha dado a conocer diversos fragmentos y fases de los documentos del TISA, uno de los tres “megatratados” comerciales en curso de negociación en el mundo. Los otros dos son el Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica (ATP, o TPP, por sus siglas en inglés), en el que participan 12 países de diverso grado de desarrollo –México entre ellos– y la Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión (TTIP, por sus siglas en inglés), que incluye únicamente a Estados Unidos y a los integrantes de la Unión Europea. Los tres procesos comparten, además de la reglas de estricto secreto, la determinación de restringir las atribuciones actuales de los gobiernos para regular las actividades empresariales y para establecer políticas públicas en diversos rubros.
Los borradores del TISA publicados hoy:
Anexo en Servicios de Transporte Marítimo
Anexo en Servicios de Telecomunicaciones
Anexo en Servicios Financieros
Anexo en Comercio Electrónico